Primero, comencemos con galvanizado. Zinc-Aluminio-Magnesio y galvanizado en caliente. Ambos materiales son esencialmente acero, pero el revestimiento de la superficie es diferente. Para diferenciarlos, explicaremos cinco aspectos de sus respectivas ventajas, distribución en el mercado, escenarios de aplicación, precio y valor de reciclaje.
Magnesio-Aluminio-Zinc (ZAM) El recubrimiento está compuesto de zinc, aluminio y magnesio y se utiliza principalmente para la protección de superficies de acero. Ofrece una excelente resistencia a la corrosión, particularmente en ambientes húmedos y ácidos o alcalinos. En comparación con los revestimientos galvanizados tradicionales, ZAM proporciona una mayor protección contra la corrosión y mantiene un buen rendimiento a altas temperaturas. Con su alta resistencia a la oxidación, ZAM extiende efectivamente la vida útil de estructuras como los soportes.
ZAM también tiene una alta resistencia, lo que lo hace adecuado para aplicaciones que requieren la capacidad de soportar cargas pesadas. Como resultado, su demanda en el mercado está creciendo en entornos con altos niveles de corrosión (como áreas costeras) o aplicaciones donde la durabilidad es un requisito clave.
ZAM se utiliza ampliamente en plantas de energía solar a gran escala, sistemas de montaje solar en tejados y otras aplicaciones donde la resistencia a la corrosión a largo plazo y la alta capacidad de carga son fundamentales. Aunque el precio del magnesio, aluminio y zinc es relativamente alto, su valor a largo plazo lo hace ideal para su uso en entornos especializados. Además, si bien el mercado de reciclaje de ZAM es todavía pequeño, su valor de reciclaje es considerable.
Galvanizado en caliente Es un proceso en el que el acero se sumerge en zinc fundido para formar una capa de zinc, mejorando así su resistencia a la corrosión. Este revestimiento es especialmente adecuado para exteriores y entornos hostiles, ofreciendo una larga vida útil. La galvanización en caliente tiene un costo relativamente bajo, lo que la hace ideal para la producción a gran escala. Se utiliza ampliamente en campos como la construcción, puentes y tuberías, y funciona bien en condiciones secas con buena resistencia a la corrosión, lo que lo hace altamente adaptable a diversas estructuras.
Debido a su alta rentabilidad, el material galvanizado en caliente domina el mercado de gama media a baja, especialmente en proyectos con presupuestos limitados o requisitos de resistencia a la corrosión más bajos. Es particularmente adecuado para aplicaciones sensibles a los costos, como sistemas de energía solar montados en tierra e infraestructuras públicas.
Aunque el valor de reciclaje del galvanizado en caliente es relativamente bajo, todavía existe cierta demanda en el mercado.
A continuación vamos a hablar de aluminio.
Aluminio Tiene una excelente resistencia a la corrosión, especialmente con la capa de óxido de aluminio que se forma en el aire, que protege eficazmente el material base. El aluminio es liviano pero resistente, lo que lo hace ampliamente utilizado en industrias como la aeroespacial, la automotriz y la de la construcción. También tiene buena conductividad eléctrica y térmica.
Debido a su peso ligero, el aluminio es fácil de instalar y transportar. Su resistencia natural a la corrosión significa que requiere un tratamiento protector adicional mínimo, mientras que su excelente conductividad térmica ayuda con la disipación del calor.
El aluminio ocupa una posición destacada en el mercado de alta gama, particularmente en proyectos que exigen poco peso y atractivo estético. Se usa ampliamente en sistemas de techos comerciales y residenciales, diseños de soportes livianos y aplicaciones que requieren una disipación de calor especial.
Aunque el aluminio es relativamente caro, sobresale en aplicaciones donde el peso y la apariencia son críticos. Además, el aluminio tiene el mayor valor de reciclaje y la mayor demanda del mercado.